EL DRAGÓN QUE SE
QUEDÓ MUDO
Hace mucho tiempo, se peleaban
entre los dragones para saber quién era el mejor, ya que los demás seres
vivientes, eran inferiores, por no tener fuego y alas; las armas perfectas,
infalibles en una batalla. Los dragones eran inderrotables y lo sabían. Se entrenaban
en el gimnasio, porque sólo les importaba saber quién era el mejor de los
mejores. Con los demás, podían hacer lo que quisieran y el mejor de los mejores
era invencible. Tenían todo lo que necesitaban y no había otra criatura
perfecta.
Se habían olvidado que si se les
sacaba el fuego y se quedaban mudos, era como cortarles las alas. Se le sacó su
fuego y dejaron de volar. Por eso ahora el avestruz, esconde la cabeza.
Karina Obertini
11/12/09